El cambio es un sitio de nuestros ancestros mayas, y forma parte del complejo Joya de Cerén (único sitio del país nominado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO). En el se encuentran pirámides y antiguos entierros con sus ofrendas, y tiene una extensión de 30 manzanas.
En el Plan de Ordenamiento del Valle de San Andrés (1999), este sitio fue claramente identificado en toda su extensión (30 manzanas), y también fue destinado a establecer allí un parque arqueológico.
Hace unos 5 años, el arqueólogo de CONCULTURA, Roberto Gallardo, fue enviado a 'El Cambio' para que delimitara la zona a ser protegida, y en vez de proteger las 30 manzanas como era lo correcto, y probablemente 'estimulado' por el propietario del terreno quien lo quería lotificar, REDUJO el área a ser protegida a menos de 5 manzanas únicamente el 15%del terreno).
El propietario del terreno, inició la lotificación, pero su codicia parece ser muy grande,
y logró que el Director de Patrimonio Cultural de CONCULTURA, Héctor Ismael Sermeño, redujera aún más las 5 manzanas reservadas por Gallardo, que ya eran absurdamente insuficientes.
Sermeño,cometió un atropello aún mayor, al reducir el área protegida de 5 manzanas a menos de una manzana, llegando los linderos a la base de la pirámide principal, y permitiendo que los tractores, al abrir las nuevas calles, destruyeran otras 2 pirámides. Y ahora cuando los periodistas le preguntan a Sermeño acerca del lugar, dice que 'esto no es más que basura arqueológica'. Deben ustedes preguntarse cuánto habrá recibido Sermeño por 4 manzanas adicionales en una lotificación, a donde cada casita construida en 250 varas cuadradas vale $75,000 (le facilitaré los cálculos: en 4 manzanas, restando espacio de calles y aceras, caben fácilmente 90 casas, con un valor total de $6,750,000 US).
Debido al conflicto generado por esta interesada decisión de Sermeño, el arqueólogo Valdivieso, Jefe del Departamento de Arqueología de CONCULTURA, se vio obligado a renunciar esta semana para no ser cómplice de semejante atropello y corrupción.
No parece ser casualidad que en el último año, TODOS los arqueólogos que trabajaban en CONCULTURA hayan renunciado. El último de la lista ha sido Fabricio Valdivieso.
A esta grosera violación al Patrimonio Nacional que nos pertenece a todos los salvadoreños (y a nuestros descendientes), se suman otras cometidas por Sermeño,
como:
- Autorizar la destrucción de una antigua casa colonial en Izalco para construir un supermercado.
- Permitir la demolición de una antigua casa de hacienda cerca de la Basílica de Guadalupe para construir unos condominios.
- Autorizar la demolición de antiguas iglesias coloniales en diferentes lugares de El Salvador.
Todo lo que se ha mencionado es verídico y puede ser fácilmente comprobado: usted solo tiene que viajar 33 kilómetros en la Carretera de Opico, llegar al sitio El Cambio, y observar las casas que ya estánsiendo construidas y las calles que en estos momentos están siendo abiertas alrededor de la pirámide.