domingo, 11 de mayo de 2008

LA CRISIS ALIMENTARIA: EL FRACASO DE UN SISTEMA Por Olmedo Beluche


La crisis social del mundo ha llegado a un extremo que ya no lo pueden ocultar ni siquiera los organismos responsables de esta situación, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), las Naciones Unidas (FAO, CEPAL, etc.). El alza escandalosa de los precios de los alimentos sumirá a millones de personas en la inanición, y amenaza con producir nuevas revueltas y revoluciones.
Según el FMI, los precios de los cereales, que se han disparado en el último año, sumirán en el hambre a 100 millones en el mundo, que se suman a los 2,000 millones de personas que ya vivían por debajo de los dos dólares diarios que, según ellos, marca la línea de la indigencia. La CEPAL calcula que 10 millones de personas más dejarán de “poner la paila” en América Latina, un continente que hace décadas tiene a más de la mitad de su población por debajo de la línea de pobreza.
La irracionalidad del sistema capitalista, mal llamado “globalización neoliberal”, es de tal grado que las leyes de mercado funcionan al revés de lo que sostienen los economistas a su servicio: la mayor oferta o producción, junto con la menor capacidad de compra, no está produciendo una caída de los precios, sino todo lo contrario.
Esto se debe a una razón muy simple: el “libre mercado” ha producido una concentración y centralización de capitales y recursos en pocas manos, es decir, ha fortalecido a unos pocos que son los dueños del mundo e imponen los precios que les da la gana para mantener sus altas ganancias.
En realidad, la actual “globalización” no ha derivado en mayor competencia, sino en el control imperialista del mundo por 7 potencias y sus 200 transnacionales. Ellos, con la ayuda del Banco Mundial y el FMI nos han impuesto al resto el fin del proteccionismo a nuestros productores agrícolas, liquidar la seguridad y soberanía alimentaria en favor de la apertura comercial, llevando a muchas naciones que antes eran autosustentables a la dependencia de las importaciones de alimentos como México y la India.
Para justificarse, los dueños del mundo le echan la culpa de todo a China: que si el petróleo sube es porque los chinos tienen más carros, que si sube el pan es porque los orientales comen más comida occidental.
Como bien señala el Prof. Luis De Sebastián, las causas estructurales (como biocombustibles, crecimiento de China e India, o malas cosechas en Australia) pueden justificar un alza de precios paulatina y a largo plazo, pero no explican el aumento vertiginoso en tan pocos meses, entre 2007 y 2008. Porque la causa real es la especulación.
El ejemplo más claro de que la especulación capitalista es la responsable del alza inhumana de los precios de los cereales la da el arroz. Producto que no es utilizado como biocombustible, y que sus cosechas y existencias en todo el mundo han tenido un récord histórico este año de 423 millones de toneladas, capaz de satisfacer la demanda global. Pese a ello, el precio del arroz se ha más que duplicado en un año, pasando de 10 a 24 dólares por quintal, ó 360 a 760 la tonelada métrica.
Esta especulación contra el arroz ha llevado a varios países a restringir sus exportaciones, como Vietnam, Indonesia o Brasil, y a que en los propios Estados Unidos la cadena Wall Mart limitara la compra por cada cliente.
Otro economista (Rebelión 23/4/8) hay una correlación directa entre el aumento del precio del arroz y la devaluación del dólar. Según Spengler, gobiernos como el chino y los llamados fondos de cobertura de riesgo (hedge-funds), que representan capitales especulativos, están invirtiendo grandes sumas de sus dólares, antes que se deprecien, en bolsas de materias agrícolas, como el arroz.
De manera que, así como hasta hace poco se especulaba con las acciones de empresas públicas privatizadas, en fondos de jubilaciones, o en hipotecas de alto riesgo, ahora se ha puesto de moda especular con la comida como forma segura de hacer negocios invirtiendo en un bien vital para la humanidad.
Podemos afirmar que la política de George W. Bush para sostener una guerra, de hecho perdida, contra Irak y Afganistán, que debe pagarse con un altísimo endeudamiento norteamericano, que se intenta paliar con un dólar devaluado frente al euro, es la responsable directa del hambre que azota al mundo.
Agreguemos que esta guerra por apropiarse del petróleo iraquí, y que es la responsable de los altos precios del combustible, que saltaron de 30 por barril en 2003, cuando empezó la segunda Guerra del Golfo, a los más de 106 dólares en este momento, incide también indirectamente en la carestía de la comida.
Para colmo, la política norteamericana de convertir los alimentos en combustibles, como el etanol, usando principalmente azúcar y maíz, pese a estar fuertemente subsidiada por ese gobierno, encareció estos productos, llevando a los mexicanos a pagar más por sus tortillas este año, o a que decenas de miles de hectáreas de bosques sean desbastados en Brasil para convertirlos en ingenios azucareros. Fidel Castro fue uno de los primeros en denunciar este atentado contra la vida humana.
De manera que este año, los países pobres pagarán 57% más que el año pasado por los cereales importados. En conjunto el aumento de precios de los alimentos alcanza el 80% (!!) en dos años. En un mundo donde hace un par de años la FAO se ufanaba en decir que producía comida suficiente para alimentar a toda su población.
¿Quiénes son los beneficiarios de los altos precios de los alimentos y del hambre de tantos millones de personas? Pues nada menos que un puñado de empresas que especulan en la Bolsa de Comercio de Chicago: Cargill, Continental CGC, ADM, Louis Drayfus, ABB, que dominan el mercado del trigo, el maíz y la avena. James Petras cita al Financial Times (15/4/8) que señala que estas empresas engrosaron sus beneficios en 86% (más de 1,000 millones de dólares) en tan sólo el trimestre que cerró el 29 de febrero de 2008.
A estas empresas hay que añadir las que se dedican a otros rubros alimentarios (como lácteos) para cerrar el panorama del monopolio alimenticio: Nestlé, Borden, Cadbury,General Mills, Nabisco, Kellog, etc.
La situación es tan dramática que el director general de la FAO, Jacques Diouf, ha reconocido recientemente: “estamos presenciando disturbios alrededor del mundo debido al aumento de precios. Lo hemos visto en el norte de Kenia, lo hemos visto en mi propio país, Senegal, en Guinea, Burkina Fasso, Camerún, Egipto y Haití”. Y agregó que: “Existe el riesgo de que esto se extienda porque las causas son las mismas” (Eduardo Andrade, A.I.P.).
El mismo reportero cita al director del FMI, Dominique Strauss-Khan, uno de los responsables de la crisis alimentaria: “En las revueltas del hambre, lo peor, por desgracia, está quizá por delante de nosotros”. “No se trata de asustar, sino de ver la realidad”, agregó.
Jean Ziegler, relator de la ONU para el derecho a la alimentación culpó a la “globalización unilateral” por “monopolizar las riquezas de la Tierra” y afirmó que las empresas multinacionales son las responsables de esta “violencia estructural” (el hambre).
Ziegler cerró con estas duras y reveladoras palabras: “Y nosotros hemos oído de operadores de mercado, de especuladores y bandidos financieros que se han vuelto locos y han construido un mundo de inequidad y horror. Tenemos que detener esto... Esto es un asesinato en masa silencioso”.
Viniendo estas conclusiones de los responsables de organismos tan importantes como la ONU y el FMI no cabe duda de que la crisis económica y el aumento deshumano de los precios de los alimentos muestran la crisis de un sistema económico, el capitalista, y de su doctrina favorita de los últimos 30 años, el neoliberalismo.
Ha fracasado la apertura comercial; ha fracasado la Organización Mundial de Comercio (OMC); ha fracasado el Consenso de Washington y sus ejecutores: Banco Mundial, FMI, BID; ha fracasado el mal llamado “libre comercio” y las “leyes del mercado”; han fracasado los TLC.
Una vez más se ha demostrado la irracionalidad del sistema capitalista que, regido por la insaciable búsqueda de la ganancia, sólo puede dar a la mayoría absoluta de la humanidad sufrimiento, hambre y muerte.
Es urgente revertir las políticas neoliberales. Que cada país haga de la seguridad y soberanía alimentarias un eje que, partiendo del subsidio y protección a los productores agrícolas, garantice precios bajos y razonables a los consumidores, sacando de por medio a los especuladores, mediante mecanismos de comercialización estatal
Es necesario fomentar una industria nacional, sostén del mercado interno que cree los empleos necesarios y bien remunerados que garanticen el derecho al sustento a cada ciudadano. En el centro de todo, se requiere el papel del Estado como entre regulador, planificador y distributivo de la economía.
Pero el papel de conducción política de este esfuerzo económico no puede estar en las manos de los neoliberales y políticos corruptos que se han beneficiado de estas injusticias. Se requiere una alianza de fuerzas populares que reencamine la sociedad hacia un modelo más humano.

Comunicado Comunidad Indígena Tsotsil


A LAS ORGANIZACIONES DEMOCRATICAS Y PROGRESISTAS.

A LOS ORGANISMOS DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS NACIONAL E INTERNACIONAL.

A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONAL E INTERNACIONAL.

AL PUEBLO EN GENERAL.


La Comunidad Indígena Tsotsil Casa del Pueblo del municipio de Venustiano Carranza, Chiapas, México, miembros de la Organización Campesina Emiliano Zapata (OCEZ-CHIAPAS).

Denunciamos lo siguiente:


El despojo de las tierras y de los recursos naturales a las comunidades indígenas y campesinas de nuestro país, es la prioridad política de los gobiernos actuales, y se manifiesta en diferentes formas, una de ellas son los famosos proyectos productivos y los programas de hambre que reparte el gobierno en las comunidades marginadas, estos apoyos traen por consecuencia el control, la privatización y el despojo del patrimonio de los campesinos, que son las tierras, para entregárselas a las empresas transnacionales mediante el BANCO MUNDIAL.

A 32 años de la represión por el ejército federal a la heroica casa del pueblo y fallido intento del estado por querer destruir nuestra comunidad; recordamos y recordaremos siempre la valiente participación de nuestros abuelos y abuelas y todos los compañeros que participaron en la defensa de la autonomía de nuestra comunidad y lograr frenar las sucias intenciones del estado del día 11 de mayo de 1976, cuando estas fuerzas asesinas enviadas por los gobiernos represores tomaran por asalto las oficinas de la Casa del Pueblo con un lamentable saldo de 2 compañeros muertos, tres heridos, varias compañeras brutalmente violadas y decenas de detenidos.

Este mes se cumplen ya 34 años de la desaparición forzada de nuestros compañeros Bartolomé Pérez Hernández, Javier Coutiño Gordillo y Sebastián Mendoza Vázquez, desaparecidos desde el 1ro de mayo de 1974 por órdenes de los gobiernos federal, estatal y municipal de Venustiano Carranza, el entonces, Jesús Domínguez Herrera, que hasta la fecha no sabemos nada de ellos.


También se conmemora el 27 aniversario luctuoso de la muerte de la compañera Carmen Espinoza Velásquez que muere en un accidente provocado el 14 de mayo de 1981 y donde cinco compañeras comuneras mas salen heridas, esto ocurrió después de una visita a los compañeros presos políticos en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez.

Esa guerra de exterminio sigue aplicando el gobierno de Felipe Calderón y Juan Sabines Guerrero en contra de todas las organizaciones democráticas e independientes, porque mantiene secuestrados a nuestros 5 compañeros presos políticos, las persecuciones, los hostigamientos, las ordenes de aprehensiones liberadas en contra de nuestros compañeros honestos y la compra de algunos líderes, la creación del artículo 378 Bis “incitación a la violencia” del Código Penal para justificar la represión del pueblo. Estos son algunos de los elementos de la existencia de esa guerra de destrucción en contra de los pueblos.

Por lo tanto, exigimos:

1.- Presentación con vida a los compañeros Sebastián Vázquez Mendoza, Bartolomé Pérez

Hernández, Javier Coutiño e Hilda Escobedo Ocaña.


2.- Justicia por la muerte de la compañera Carmen Espinosa Velásquez, Manuel Hidalgo y de los

compañeros asesinados en diferentes fechas.


3.- Libertad inmediata e incondicional de los 5 compañeros presos políticos y del país.


4.- Cancelación de todas las órdenes de aprehensión en contra de nuestras compañeras y compañeros


5.- Un rotundo no al TLC, precio justo a la tonelada del maíz y los demás productos del campo.


6.- Castigo inmediato a los paramilitares del poblado Paraíso del Grijalva responsables de las

masacres de 1973 y de 1984.


7.- Reubicación de los ejidatarios que viven y trabajan en terrenos comunales refugiados en el

poblado Paraíso del Grijalva.


8.- Respeto a las 1,220 hectáreas que venimos trabajando desde 1995 propiedad de Bienes Comunales.


9.- Respeto a las colindancias de los terrenos ubicados al margen del Río Blanco de acuerdo a los

planos primordiales y no por la desviación actual del cause del río hecho por Chus Orantes.


10.- No al FANAR (PROCEDE) y jamás la división de las tierras comunales.

CONTRA EL OLVIDO, LA MEMORIA HISTORICA.

COMBATIVAMENTE 11 DE MAYO DE 1976.

CON LA UNION DE LOS POBRES.... ¡¡VENCEREMOS!!

Comunidad Indígena Tsotsil, Casa del Pueblo,

Venustiano Carranza, Chiapas, México. Mayo de 2008