miércoles, 14 de mayo de 2008

Rufino negocia, préstamo con El BID.


Anteriormente, Quezada había manifestado que la universidad necesitaba 48 millones extras, pero a Casa Presidencial llegó pidiendo solo un monto inicial de nueve millones para gastos de desarrollo académico, ampliación de infraestructura y el área de investigación.

La respuesta del presidente Saca no fue un “no” rotundo, pero sí puso en jaque al rector que, en una importante medida, había logrado el apoyo de la comunidad universitaria debido a su promesa de defender la institución “de las manos de la derecha” que supuestamente querían privatizarla.

A partir de esto las autoridades universitarias solicitaron a Secretaría Técnica de la presidencia que les facilitara los contactos con el personal del BID. Según conoció El Faro, Quezada sostuvo una reunión hace tres semanas con Marcelo Cabrol, del departamento de Sector Social del BID, para establecer esos primeros contactos y plantear la necesidad de financiamiento para la universidad.

Hace cinco meses, cuando recién electo rector, El Faro le cuestionó a Rufino Quezada si estaría dispuesto a considerar préstamos internacionales si no lograba más presupuesto para la universidad, este dijo que su oposición continuaba, pero no cerró del todo la puerta: “Habría que estudiar los ofrecimientos. Creo que tenemos apertura y no vamos a hacer una gestión cerrada para nadie. Podemos discutir los problemas, podemos ver cómo encontrar soluciones. En ese sentido, por lo menos estaría garantizado que no se lesione la autonomía universitaria”.

En esa oportunidad, el nuevo rector aseguró también que durante su gestión tendría una política de puertas abiertas a los medios de comunicación para hablar sobre los asuntos de la institución.

Ahora, la máxima autoridad universitaria se niega a hablar sobre el tema. El Faro buscó desde hace dos semanas a Quezada, pero nunca dio respuesta a nuestra solicitud de entrevista; no obstante
La semana pasada habló solamente vía telefónica y, aunque no negó la información, evadió entrar en detalle. En una primera llamada, insistió en no tener tiempo para atendernos ni para contestar ninguna pregunta por teléfono; en una segunda, cuestionado sobre su reunión con Carbol y las negociacioes para obtener financiamiento del BID, se limitó a decir “no estoy autorizado para dar información sobre ese tema”. ¿Autorizado por quién? “Es que es algo que se está viendo en el Consejo (Superior Universitario). A mí no es que alguien más me tenga que dar autorización, pero por eso le digo que no tengo autorización”. Y cortó la llamada

Hace dos años, cuando la administración de Rodríguez había establecido ya los términos para la firma del contrato de 25 millones con el banco, la Asamblea General Universitaria (AGU, el máximo organismo de decisión de la UES, donde participan alumnos, docentes y un sector profesional no docente) votó en contra del préstamo para el proyecto de fortalecimiento institucional de la universidad, y se venció el plazo del BID para liberar el financiamiento.

Para abril de 2006, cuando la correlación de la AGU no favoreció a Rodríguez para avalar el financiamiento del BID, Rufino Quezada era su presidente y se oponía al préstamo, según sus palabras, “por una razón muy sencilla”:

“es que la historia del BID en América Latina ha sido una historia que lo ha llevado a la privatización sistemática de las instituciones públicas y esto lo convierte en una institución de vanguardia del modelo económico neoliberal que ha atropellado y llevado tanta hambre y miseria a todos los pueblos de América Latina”.
Su desconfianza, decía, no era hacia la rectora Rodríguez, sino hacia la institución financiera.

El año pasado, cuando buscaba los votos de la comunidad universitaria para llegar a la rectoría, incluso convirtió el tema en un punto importante de su campaña electoral.

Nótese que existe un doble discurso, el problema para Rufino no era el préstamo negociado si no la institución que lo financiaba, ahora se está negociando $50 millones, es decir el doble.